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Te cuido, pero desde el cielo

Te voy a contar una historia y te juro por lo más sagrado que no es una película penca de medio día, aunque lo va a parecer. Es una vida real y dolorosa.

Tú seguramente conoces el final, el reconocimiento y la gloria. Este es el comienzo, y si lo miras con ojos de terapeuta, entenderás algunas cosas que vinieron después…

Nuestro personaje es la menor de cuatro hermanos. Proviene de una familia pudiente de empresarios estresados y adictos al trabajo.

Su madre se quedó embarazada en plena guerra mundial, atravesando una situación de muchísimo estrés, porque temía que el negocio se fuera al garete por la delicada situación económica y por la forma de gastar de su marido. 

Viendo el panorama, su ginecólogo le recomendó abortar, pero ella, que era muy religiosa, se negó enérgicamente, y siguió adelante.

Nació el bebé, que es nuestra protagonista, y le confiaron su cuidado a Rosa, una campesina de un pueblo cercano al Lago Varese. 

Cuando la cosa estuvo más tranquila, tenía ella casi tres años, la llevaron a vivir a la lujosa casa familiar de Milán. Pero se sintió tan desubicada entre desconocidos, que se construyó un refugio debajo de un escritorio y allí permaneció varios días. Hasta que sus padres, frustrados, decidieron llevarla de vuelta con Rosa durante algún tiempo más.

Durante su infancia, de poco le sirvió su brillantez académica. Sus padres, a diferencia del profesorado, se mostraron poco impresionados por sus logros. Las medallas que se acumulaban en su habitación no brillaban lo suficiente para encandilarlos.

En 1941 se graduó en medicina, su carrera profesional despegaba, pero ese mismo año su madre (la biológica, no Rosa) fue diagnosticada de cáncer y nuestra protagonista decidió no separarse de su cama, cosa que ni su propia madre comprendía, pues no se sentía merecedora de semejante cariño. 

En su lecho de muerte le prometió que, desde el cielo, siempre podría contar con ella. Es muy fuerte, sí. Le prometió que,

desde el cielo, no al nacer, o durante su vida juntas, no, desde el cielo,

siempre podría contar con ella.

Un par de décadas después, su trabajo sobre anorexia nerviosa con base relacional impactó al mundo de la psicoterapia, situándola como una de las más destacadas académicas del momento y ofreciéndole importantes vínculos clínicos y profesionales con instituciones nacionales e internacionales. 

Lo que vino después es historia de la Terapia Familiar.

Esta signora se merece un homenaje y se lo vamos a hacer el Día de la Familia.

Mara Selvini
Mara Selvini Palazzoli

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1 comentario en «Te cuido, pero desde el cielo»

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